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LA HISTORIA JUDÍA SECRETA DE LOS ROLLING STONES

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“The Secret Jewish history of The Rolling Stones”

Nota de Seth Rogovoy originalmente publicada en el sitio online de cultura judía Forward el pasado 2 de junio citando un artículo del 2014 de la misma revista, en momentos en que el grupo se presentaba en la ciudad de Tel Aviv.

En el 2014, los Rolling Stones tocaron en el parque HaYarkon de Tel Aviv. Ese evento representó mucho más que el primer concierto en Israel de la banda de rock más grande y legendaria del mundo. También marcó una pequeña victoria en la guerra contra el boicot al rock’n’roll en Israel que libran algunos rockeros ingleses, principalmente por instigación del ex-Pink Floyd Roger Waters que, a pesar de algunos esfuerzos muy públicos, no pudo persuadir a Mick Jagger y Keith Richards para que finalmente no hagan su debut en Tierra Santa.

1Los Rolling Stones, de hecho, han tenido una larga y fructífera colaboración con artistas, amigos y asociados judíos, e incluso algunas temáticas judías han llegado a su música y sus letras de canciones.
Al igual que muchas de las primeras bandas británicas de rock, los Rolling Stones comenzaron haciendo blues americano. La mayoría de los miembros de los Stones hicieron su aprendizaje en Blues Incorporated, una banda dirigida por el guitarrista de blues Alexis Korner, nacido en París, hijo de un padre judío-austríaco y una madre turco-griega. El guitarrista fundador de los Stones, Brian Jones, el baterista Charlie Watts y el pianista Ian Stewart tocaron con Blues Incorporated, así como lo hicieron el vocalista Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards en varias ocasiones, antes de que los cinco unieran fuerzas y formaran The Rolling Stones.
Basándose en las lecciones que aprendió como protegido de Brian Epstein, el propietario judío de una tienda de discos en Liverpool, que convirtió a la banda de bares más popular de esa ciudad en la sensación internacional conocida como The Beatles, Andrew Loog Oldham, también judío, pronto se hizo cargo de manejar a los Stones, reformó su imagen y los dirigió hacia una paleta musical más amplia.
Por un lado, los convirtió en los anti-Beatles, dándoles una imagen más “peligrosa” y rebelde: cabello más largo y despeinado, y un sentido manifiesto de sexualidad y violencia. Oldham contrató los servicios del fotógrafo Gered Mankowitz, hijo del guionista judío inglés Wolf Mankowitz, quien fue responsable de las primeras portadas de los álbumes y de las fotos publicitarias de la banda. Mankowitz fue tan responsable como Oldham de crear la imagen de “chicos malos” de los Stones, y también fue el fotógrafo oficial de la primera gira de la banda por Estados Unidos en 1965.
Oldham también alentó Stones a cubrir una gama más amplia de canciones que el blues de Chicago por el que originalmente se inclinaban. Su primer éxito estadounidense en el Top 10 fue una versión de “Time Is On My Side”, escrita originalmente para Kai Winding por un compositor de ritmo y blues judío nacido en Filadelfia llamado Jerry Ragovoy. Asimismo Oldham empujó a Jagger y Richards a escribir sus propias canciones, al estilo de Lennon y McCartney.
Una de los primeras canciones producidas por la dupla compositiva Jagger-Richard fue una balada muy poco parecida a lo que los Rolling Stones hacían, llamada “As Tears Go By”, convertida en un éxito por una cantante emergente que Oldham había descubierto llamada Marianne Faithfull. Faithfull era descendiente de la nobleza austríaca; su bisabuelo fue Leopold von Sacher-Masoch, cuya novela erótica “Venus in Furs”, generó la palabra “masoquismo” (además de contribuir con la canción de The Velvet Underground, y también la obra de David Ives del mismo nombre) Su abuela materna era judía.

140604_TelAvivEn 1966, Oldham entregó su rol de manager de los Rolling Stones a un contador judío de Nueva York llamado Allen Klein. Klein le otorgó al grupo un contrato discográfico monumentalmente rentable justo cuando su contrato con Decca Records vencía antes de la renegociación. El acuerdo fue mucho más lucrativo que el que Brian Epstein había negociado para los Beatles, y después de que Epstein muriera en 1967, los Beatles recurrieron a Klein con la esperanza de que pudiera hacer por ellos lo que había hecho por los Stones. Eventualmente, sin embargo, las luchas internas entre los Fab Four por el papel de Klein terminaron siendo un factor que contribuyó a su disolución.
1966 fue también el año en que se lanzó una de las canciones más enigmáticas de los Stones. “Paint It Black” fue un intento de subirse al carro del ‘raga-rock’ antes iniciado por los Beatles y los Byrds, con Jones experimentando en sítar. Lo que salió, sin embargo, sonó más a algo de Medio Oriente, o incluso de Europa del Este. Más de una banda “klezmer” moderna ha versionado la canción, cuya escala de clave menor es notablemente similar a algunos de los estilos del “idisch”. Aparte de que más de una persona ha comentado que, líricamente, el narrador de la canción podría ser un judío jasídico que favorece el color negro, el propio Richards reconoció la deuda de la canción con la música judía, cuando una vez le dijo a la revista Rolling Stone: “Era un estilo diferente a todo lo que había hecho antes. Tal vez fue el judío en mí. Es más para mí como “Hava Nagila”, o algo gitano. Tal vez lo saqué de mi abuelo”. Ese último comentario es la única pista que podría indicar que cualquiera de los miembros de los Rolling Stones puedan tener ascendencia judía, pero en su mayoría ha sido desestimado porque tal vez Richards simplemente haya estado bromeando, como suele hacer un inglés. “Paint It Black”, sin embargo, no es la única canción de los Stones que contiene referencias judías. La canción “Sympathy for the Devil”, aparentemente narrada por el mismo Lucifer, contiene letras como: “Manejé en un tanque / Tuve un rango de general / Cuando azotaba la guerra relámpago / Y los cuerpos apestaban”, que presumiblemente se refiere a campos de exterminio nazis. El título del álbum de 1972 de la banda, “Exile on Main St.”, ampliamente considerado como el mejor y, por lo tanto, uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos, podría ser una descripción de la vida en la Diáspora durante los últimos 200 años más o menos, a su vez emparejado con un título de un álbum posterior, “Bridges to Babylon”, lo que sugiere que los Stones se vean a sí mismos como una banda errante, en fuga. De hecho, los miembros del grupo huyeron de Inglaterra a principios de la década de 1970 a instancias de sus contadores. Si bien su partida fue una forma de evitar la onerosa estructura tributaria, o escapar del acoso recibido por sus numerosos cargos por consumos de drogas, los Stones terminaron viviendo exiliados de su tierra natal durante la mayor parte del siguiente medio siglo.
Finalmente, la canción más judía de los Rolling Stones fue su oda a la ciudad más judía de Nueva York. “Shattered”, de su álbum de 1978, “Some Girls”, tomó cosas del movimiento del punk-rock, el mismo que había desafiado a grupos como los Stones, que alguna vez habían sido considerados rebeldes, pero que ahora eran vistos como el colmo del exceso corporativo. Líricamente, la canción hizo hincapié en la ‘gestalt’ prevaleciente de la ciudad de la época: la era del alcalde Abraham Beame, el aumento de las tasas de criminalidad, la recesión, los presupuestos de austeridad, la bancarrota y los títulares sobre economía. El declive de la ciudad en esos años incluyó la pérdida de su próspera industria de la confección, en su mayoría judía, que Jagger inmortaliza en “Shattered”, lo que quizás sea el único uso de idioma idisch en un hit del Top 40: “Shmatta shmatta shmatta, I can’t give it away on 7th Avenue” (“Harapos, harapos, harapos, no puedo regalarlos en la Séptima Avenida”)